22/07/2025

Europa cuenta con los mejores científicos del mundo en física cuántica. Pero le falta financiación, agilidad y músculo para liderar el campo de la computación cuántica. A la hora de la práctica, es rebasada por Estados Unidos y China, con mayor capacidad para financiar unos proyectos que les acercan cada día más a la ansiada “ventaja cuántica”. 

La ventaja cuántica es esa fase, aún por alcanzar, en la que los ordenadores cuánticos superarán en rendimiento a los ordenadores personales. Un momento buscado no solo por las empresas, sino también por los gobiernos de medio planeta, enfocados en liderar una tecnología que promete redibujar la economía digital en los próximos años. 

Y de eso se habló largo y tendido en una de las mesas redondas celebrada en el DigitalES Summit 2025, que reunió a voces clave del ecosistema cuántico europeo como  Alba Cervera, investigadora senior y coordinadora de Quantum Spain; Enrique Sánchez Bautista, responsable de la Oficina de Bruselas del EU Quantum Flagship; Almudena Justo, directora del International Quantum Center de FSAS Technologies (Fujitsu); y Jesús Herrero, director general de Red.es, moderados por el periodista Alfonso Castañeda. 

Debate cuántica

Summit 2025 DigitalES

Alba Cervera arrancó la conversación con un dato significativo: el primer ordenador cuántico de Quantum Spain ya está instalado y conectado al superordenador Marenostrum 5 en el Centro Nacional de Supercomputación. Sin embargo, matizó que, aunque la integración técnica es una realidad, las aplicaciones prácticas aún están en una fase embrionaria. 

“La computación cuántica sigue en pañales”, explicó Cervera. Los actuales chips cuánticos son demasiado pequeños y poco tolerantes a fallos como para resolver problemas industriales o científicos reales. Por eso, gran parte del esfuerzo se centra en preparar el terreno: desarrollar software, algoritmos y formar talento que esté listo cuando llegue la ansiada “ventaja cuántica”. En sus palabras: “Quien tenga las aplicaciones listas, tendrá la ventaja competitiva”. 

Investigación puntera sin músculo financiero 

Desde una perspectiva europea, Enrique Sánchez Bautista aseguró que la UE destaca en producción científica, generación de patentes y creación de startups. Sin embargo, el verdadero reto reside en la falta de escalabilidad y capital riesgo. “Tenemos problemas para captar los ‘billions’ que sí mueven en Estados Unidos o China”, lamentó. 

Europa, insistió, debe apostar por proyectos estratégicos y acelerar la industrialización de sus avances. Como ejemplo, recordó cómo Europa perdió la carrera del primer satélite de comunicaciones cuánticas —el Micius— frente a China, a pesar de haber desarrollado la teoría original. “Nos faltó financiación y agilidad política”, admitió. 

Pese a ello, Sánchez destacó como gran fortaleza europea la coordinación y gobernanza: una estructura que ha permitido la creación del Consorcio Europeo de Tecnologías Cuánticas y la futura legislación específica, el Quantum Act, con un modelo inspirado en el Chips Act europeo. 

Tecnologías intermedias para esperar la ventaja cuántica 

Almudena Justo aportó la visión empresarial. Si bien reconoció la madurez científica de la tecnología, recordó que la escalabilidad y la comercialización siguen siendo asignaturas pendientes. En este sentido, apostó por las soluciones híbridas, como la tecnología de inspiración cuántica —algoritmos cuánticos ejecutados en máquinas clásicas—, que permiten a las empresas experimentar y prepararse sin tener que esperar a la madurez plena del hardware cuántico. 

Computación cuántica

Según Justo, estas tecnologías intermedias abren la puerta a la formación de talento, al desarrollo de casos de uso reales y a la creación de ecosistemas industriales viables: “Hay que trabajar desde ya para que cuando llegue la ventaja cuántica, las empresas estén listas”. Fujitsu, recordó, ya trabaja en España con gobiernos regionales para impulsar esta transición. 

Para Jesús Herrero, la clave está en la colaboración público-privada y en una política de inversión estratégica. Desde Red.es y el Gobierno, contó, se han movilizado más de 50 millones de euros en proyectos relacionados con la cuántica, además de programas para incorporar talento al CSIC y al BSC. Herrero defendió un enfoque basado en la escucha activa del sector para definir las prioridades de inversión. 

Más allá del dinero, recalcó la necesidad de unir esfuerzos en proyectos colaborativos y criticó la mentalidad de la carrera por la tecnología por la tecnología: “Avanzar por tener el ordenador más rápido no sirve si no transforma la vida de las personas”. Su mensaje fue claro: la innovación tecnológica debe estar al servicio de la sociedad. 

Geopolítica cuántica: la batalla por la soberanía tecnológica 

La dimensión estratégica y geopolítica de la computación cuántica sobrevoló todo el debate. Como señaló Sánchez Bautista, Europa ha sabido crear una gobernanza robusta que ha catalizado proyectos emblemáticos como la infraestructura europea de comunicaciones cuánticas o la inversión en manufactura de chips cuánticos dentro de la UE. 

La Declaración Europea de Tecnologías Cuánticas, firmada en 2023, refuerza este marco de colaboración entre Estados miembros, empresas e instituciones. Y el nuevo Quantum Act, anunciado para este año, consolidará legalmente el modelo europeo. España, destacó, está “mejor posicionada de lo que los números indican”, gracias a su papel activo tanto en la estrategia nacional como en los consorcios europeos. 

Para Alba Cervera, uno de los grandes aciertos europeos ha sido trasladar al ámbito cuántico el modelo de EuroHPC, el consorcio que coordina la supercomputación europea. Bajo esta lógica, Europa busca no solo desarrollar sus propias máquinas cuánticas, sino democratizar su acceso para investigadores y empresas. 

“La máquina de Quantum Spain está hecha al 100% con tecnología europea”, subrayó Cervera. El objetivo no es cerrar fronteras, sino garantizar que Europa no dependa totalmente de terceros países para aplicaciones críticas como la ciberseguridad. De hecho, señaló, los primeros ordenadores cuánticos europeos se están desplegando ya en España, y cualquier entidad podrá solicitar acceso a través de la Red Española de Supercomputación. 

Riesgos éticos y seguridad: ¿estamos preparados? 

El avance de la computación cuántica también plantea riesgos. Como señaló Almudena Justo, la capacidad de estos sistemas para romper la criptografía clásica exige una inversión decidida en seguridad, tanto en comunicaciones cuánticas como en criptografía postcuántica. 

Lejos de verlo como una amenaza, defendió aprovechar la oportunidad para crear sistemas más seguros y robustos, apoyándose en el tejido empresarial español, que ya cuenta con compañías punteras en este ámbito. 

Antes de cerrar, Alba Cervera recordó que la carrera hacia la ventaja cuántica no puede basarse únicamente en la aplicación empresarial inmediata. La investigación básica sigue siendo el pilar para resolver problemas aún abiertos en física y matemáticas. “La primera revolución cuántica nos dio los láseres y la resonancia magnética. La segunda, advirtió, nos deparará sorpresas que aún ni imaginamos”.