09/12/2022

La tecnología puede ayudar a conseguir hasta un 40 % del objetivo de reducción de emisiones para 2030 en los siguientes sectores productivos: construcción, energía, transporte y manufactura. Esta es una de las principales conclusiones que pueden extraerse del informe ‘Equipos y dispositivos sostenibles: Durabilidad Planificada para una economía cada vez más circular’, presentado por DigitalES el pasado 1 de diciembre. 

El informe repasa las distintas iniciativas que ya están llevando a cabo en España y en Europa para contribuir a la sostenibilidad y la preservación del medio ambiente, y se centra el concepto de Durabilidad Planificada. Y es que, como destacó Juan Antonio Prados, directivo de Lexmark y co-líder de la línea de trabajo de Digitalización Sostenible de DigitalES, “la mejor práctica de economía circular es alargar la vida de los dispositivos”.  

El documento profundiza en las fórmulas de éxito que ya se están aplicando para mejorar el impacto ambiental de los equipos y dispositivos tecnológicos, a lo largo de todo su ciclo de vida, con un doble objetivo: minimizar el impacto negativo de estas tecnologías en el entorno y maximizar su impacto positivo sobre el ecosistema. Estas son algunas de las iniciativas más destacadas. 

1. Diseño ecológico y etiquetado energético 

El programa de diseño ecológico y etiquetado energético de la UE es uno de los programas sobre aparatos más grandes y antiguos del mundo, y aprovecha el poder del mercado único en la UE y fuera de ella, en beneficio de los consumidores, las empresas y el medio ambiente. El último informe sobre la contabilidad del impacto del diseño ecológico estima que el efecto acumulado de las normas de la UE sobre diseño ecológico y etiquetado energético en 2020 redujo la demanda de energía primaria de la UE en un 7 % o 1.037 TWh/año (reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de unos 170 Tm de equivalente de CO2). 

2. Puerto de carga único 

A partir de 2024, todos los nuevos teléfonos móviles, tabletas, cámaras digitales, consolas de videojuegos portátiles, auriculares, auriculares, altavoces portátiles, lectores electrónicos, teclados, ratones, sistemas de navegación portátiles y auriculares de la UE deberán estar equipados con un puerto de carga USB-C. La fecha límite para los ordenadores portátiles es 2026 

No es un tema menor. Los cargadores desechados y no utilizados contribuyen a generar alrededor de 11.000 toneladas de desechos electrónicos cada año. 

3. Garantías de reparación, piezas de recambio y atención al cliente 

Desde el 1 de enero de este año, y en virtud del Real Decreto-ley 7/2021, la garantía de los bienes y productos nuevos en España es de 3 años y la garantía de suministro de contenidos o servicios digitales es de 2 años. Una novedad legal más discutida es la obligatoriedad de almacenar piezas de repuesto durante 10 años, por su efecto sobre el volumen de residuos tecnológicos. 

Reparación móviles

4. Reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero 

La Ley de cambio climático y transición energética vigente establece los objetivos para alcanzar la plena descarbonización de la economía antes de 2050. Para 2030, esta ley establece objetivos como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en, al menos, un 23 % respecto del año 1990, o alcanzar una penetración de energías de origen renovable en el consumo de energía final de, como mínimo, un 42 %. 

5. Reducción de residuos y suelos contaminados 

La Ley prohíbe la destrucción de excedentes no vendidos de productos no perecederos tales como textiles, juguetes o aparatos eléctricos, que deberán destinarse en primer lugar a canales de reutilización, incluyendo su donación, y cuando esto no sea posible, a la preparación para la reutilización.  

Con estas medidas, se quiere alcanzar la reducción en peso de los residuos generados en un 13 % para 2025 y un 15 % para 2030, respecto a 2010. 

Propuestas en desarrollo legislativo 

A estas leyes y directivas se suman otras 3 en desarrollo que aún deben ser debatidas por el conjunto de la sociedad para que redunden en beneficio de todos los consumidores, como el pasaporte digital, el índice de reparabilidad o la agenda del consumidor. Aunque aún no están en vigor, su próxima entrada en escena augura un ecosistema más eficiente gracias a la tecnología y la digitalización. 

6. Pasaporte digital 

Esta propuesta establece nuevos requisitos para hacer que los productos sean más duraderos, fiables, reutilizables, actualizables, reparables, más fáciles de mantener, renovar y reciclar, y eficientes en el uso de la energía y los recursos. Además, los requisitos de información específicos de los productos garantizarán que los consumidores conozcan el impacto medioambiental de sus compras.  

Para ello, cada producto comercializado en la UE tendrá que incluir un pasaporte digital que proporcione información relacionada con la composición, las propiedades químicas y materiales, así como indicaciones para su reparación. Asimismo, la propuesta comprende medidas para poner fin a la destrucción de las existencias de bienes de consumo no vendidos, o para ampliar la contratación pública ecológica. 

Protección medio ambiente

7. Agenda del consumidor 

La principal finalidad de esta iniciativa de la UE es garantizar que los consumidores obtengan información fiable y útil sobre los productos y sus opciones de reparación; evitar la información medioambiental exagerada (el denominado “blanqueo ecológico” o “green washing”) y la venta de productos cuya vida útil se haya acortado deliberadamente; así como establecer requisitos mínimos para los logotipos y las etiquetas de sostenibilidad.  

Estudios recientes muestran que hasta el 80 % de los consumidores de la UE afirma tener dificultades para encontrar información sobre la facilidad de reparación de un producto. 

8. Índice de reparabilidad 

El Ministerio de Consumo anunció el año pasado la creación de un Índice de Reparabilidad que mostrase de forma muy clara a los consumidores si un dispositivo era fácil o difícil de arreglar. Es una medida que ya se aplica en Francia, donde los dispositivos llevan una nota de 0 a 10 en función de lo fáciles o difíciles que sean de reparar. 

Para DigitalES, este índice debería estar armonizado con los desarrollos que todavía se están definiendo en la Unión Europea sobre esta materia; de tal forma que concrete metodologías y criterios técnicos -allá donde sea posible- para dar uniformidad al marco legal; y que incorpore un periodo transitorio de voluntariedad, para fomentar una implementación progresiva y más efectiva.