20/01/2020

¿Qué hacen con mis datos? ¿Facebook nos espía? ¿Por qué recibo publicidad de un sitio al que no le he dado mis datos? ¿Debo apagar el móvil o el GPS? El Big Data es una tecnología consolidada, que utilizan ya la mayor parte de compañías e instituciones y sin embargo sigue suscitando desconfianza, en un contexto de creciente preocupación por la privacidad y la transparencia. Y eso que hay pocas razones para tener miedo de los proyectos desarrollados con Big Data, que se traducen generalmente en menor coste y mayor eficacia.

Es el caso, por ejemplo, del recientemente desarrollado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que recabará datos agregados -nunca personalizados- de tres operadoras para elaborar estadísticas sobre los movimientos de los españoles en días laborables y festivos. Estos datos permitirán conocer mejor la forma en que nos desplazamos de casa al trabajo y viceversa con un coste de 500.000 euros frente a los 10 millones que podría haber costado hacer esta recopilación, sin revelar en ningún momento datos personales de los usuarios de telefonía.

Ahora bien, ¿qué es el Big Data y por qué no debemos tenerle miedo? En palabras de la experta en marketing Cristina Simón, Big Data es un término que se refiere a un gran volumen de datos, estructurados o no, que pueden aprovechar las empresas, personas o instituciones para conseguir buenas ideas que les ayuden a tomar mejores decisiones en sus negocios.

Qué es el Big Data

 

Hay diversas opiniones al respecto de lo que podría considerarse Big Data, aunque la mayoría ponen su mínimo en 30-50 TB. Pero independientemente de cuál sea la cifra, es una tendencia que cada día está más en auge.

Y es que, a la vez que presenta beneficios para las empresas y organizaciones, lo hace también para las personas. Como usuarios o clientes somos cada vez más exigentes y esperamos, por ejemplo, encontrar nuestra talla cada vez que vamos a una tienda a comprar ropa, o nuestra comida favorita en un restaurante. O queremos que cada vez haya menos atascos, para lo que sirven precisamente modelos como el desarrollado por el INE para estudiar nuestra movilidad.

Todo esto es posible gracias al Big Data y al análisis de nuestros datos, que se traduce en ventajas como las que apuntamos a continuación:

Mejora en la toma de decisiones: Disponer de un gran volumen de datos estructurados que se puedan interpretar ayuda a las organizaciones a tomar una decisión adecuada. Sirve para vender más, pero también para hacer mejores carreteras o investigar y predecir mejor una enfermedad.

Feedback a tiempo real: el Big Data es una tecnología ágil y veloz que permite recibir y procesar los datos a tiempo real y contar con la información necesaria rápidamente. Para ello, se emplean determinadas herramientas como Apache Hadoop, Apache Spark, Python, Elasticsearch, Apache Storm o Lenguaje R.

Un referente de esta tecnología es SAP, líder mundial en el mercado de los ERP’s. La compañía alemana brinda este tipo de herramientas adaptado a las necesidades específicas de cada empresa. Garantizan un análisis en tiempo real, facilitando la recolección de datos y proporcionando información de suma importancia para el negocio.

 

Big data smartcities

 

Conocimiento del mercado o del público objetivo: el conocimiento del público al que se dirige cualquier servicio, público o privado, ayuda a predecir posibles escenarios y a conocer mejor a los usuarios, mediante un análisis segmentado.

Trato personalizado y mejora en la experiencia de usuario: ése es el objetivo que persiguen las empresas e instituciones y el que tenemos derecho a exigir como consumidores. Lo que el cliente hiperconectado de 2020 espera de una marca es sentirse identificado como individuo y una experiencia plenamente personalizada y eso se consigue a través de campañas como la que Everis ha desarrollado para Volkswagen. El Big Data adapta ofertas, servicios y campañas a cada uno de los 4 millones de clientes que la marca de automóviles tiene en España.

Mejoras en la educación: una educación personalizada solo es posible a través del conocimiento exhaustivo de cada niño. Utilizar el Big Data permite obtener feedback en tiempo real, actuar en consecuencia y, por último, compartir el conocimiento.

Es el caso de AltSchool, una start up educativa de Estados Unidos que ha puesto en marcha un ambicioso proyecto de big data con el fin de mejorar la educación de los estudiantes de 0 a 12 años.

El análisis de toda esa información proporciona una comprensión integral de cada alumno basada en sus patrones de conducta, estados de ánimo, rendimiento, etc., que permite darle a cada uno la educación que necesita atendiendo a sus necesidades y diferencias.

Generación de puestos de trabajo: la adopción del Big Data está facilitando un gran número de puestos de trabajo que, además, se encuentran entre los mejor pagados del ámbito tecnológico. El perfil de ‘data sciencist’ es hoy uno de los más valorados.

data sciencist

 

¿Hay motivos para temer al Big Data? Lo cierto es que, bien empleado, puede servir para alcanzar soluciones de problemas reales que nos afectan a todos. En especial cuando las empresas privadas comparten los datos que recopilan con algunas instituciones públicas.

El BBVA, por ejemplo, comparte datos anónimos del comportamiento financiero de sus usuarios con la ONU para que pueda tener información sobre la resiliencia económica de la población después de los desastres naturales. Teniendo en cuenta esta información, la ONU puede adaptar o crear proyectos nuevos destinados a la recuperación económica de las zonas afectadas.

Aunque esta tendencia a colaborar es más o menos reciente, la lista de compañías que ya comparten datos con ayuntamientos y organizaciones humanitarias se va engrosando poco a poco. Al BBVA se suman Facebook, Google, Telecom o Air France

Y a pesar de todo, el uso del Big Data genera aún hoy cierto escepticismo o desconfianza entre gran parte de la población, pero sus ventajas pueden superar a los inconvenientes si gestionamos correctamente nuestra privacidad.

Es nuestra responsabilidad asegurar la privacidad de todos los datos que no queramos compartir, lo que implica que la propiedad de nuestros datos es nuestra y debemos conocer lo que estamos cediendo y para qué. A partir de ahí, bien usado, todo pueden ser ventajas.